Psicólogo

Agéndate

Agenda: libro o cuaderno donde se apuntan las cosas que se han de hacer en determinados momentos, o en tu día a día, con el fin de uno no olvidarse. Un objeto que, para muchos, es el regalo ideal para personas olvidadizas o despistadas, pero lo cierto es que la agenda es una herramienta de gran utilidad para todos. Jamás olvides que “tiempo” significa “vivir” por lo tanto, saber gestionarlo significa “vivir bien”.

Se trata de lograr tener la sensación de control dentro del descontrol que supone vivir. Puede ser una agenda o cualquier tipo de cuadrante donde podamos anotar nuestras rutinas o tareas pendientes. Si gestionamos bien el tiempo con el que contamos cada día, aumentará la satisfacción personal y evitaremos desajustes emocionales por dejar para otro día lo que supuestamente podíamos haber hecho hoy.

Volcar en un papel lo que tenemos que hacer nos ayuda, no solo a una mejor organización, sino que aumenta la probabilidad de hacerlo. Lo visual ayuda a la mente a saber hacia dónde dirigirse y le facilita el recuerdo de lo qué tenemos que hacer y cuándo. ¡No podemos estar en todo! A mayor facilidades, mejores resultados.

Da igual si eres empresario, estudiante, ama de casa o psicólogo. Te dediques a lo que te dediques, ordenar tus tareas pendientes y hábitos, te ayudará a aprovechar mejor tu tiempo, y así no solo agotarlo en responsabilidades. Dedicar tiempo a lo que te hace sentir bien es igual de importante.

Tener muchas cosas que hacer no es malo, el problema surge en la manera de organizarse bien para hacerlo. El tiempo es como una mochila. Tiene una  capacidad que es la que es, y no va a crecer por mucho que queramos ampliarla. Lo importante es elegir el orden adecuado en la que vamos metiendo todo.

Los pensamientos se encuentran en nuestra cabeza de manera desordenada. Por este motivo, con frecuencia nos sentimos agobiados cuando tenemos varias tareas por hacer. Quizás solo se trata de dos o tres, pero como las mantenemos desordenadamente en la cabeza, muchas veces nos da la impresión de ser más de lo que realmente es. Esto da lugar a estados de ansiedad o estrés que con frecuencia, logran que posterguemos la tarea para más adelante, consiguiendo finalmente que se acumulen tareas.

  1. Busca la calma: Anotar rutinas o tareas pendientes es una manera de ayudar a nuestro cerebro a ordenar el pensamiento. Muchas veces anotándolo, observas que lo que “tienes” que hacer no es tanto. Es cuando uno se da cuenta que la intensidad de sus emociones es desproporcionada a lo que realmente sucede, y es entonces cuando comienzan a calmarse.
  2. Deja de sabotearte: Si anotas en tu agenda actividades pendientes como por ejemplo: comprar determinado libro, ir a la peluquería o hacer la compra el viernes por la tarde, ahorrarás en sentimiento de irresponsabilidad y culpa, ya que sabiendo que irás la tarde del viernes, seguramente no estarás el resto de la semana machacándote mentalmente por haber pasado un día más sin haber hecho dicha tarea.
  3. Orden mental: Si sabemos que tenemos muchas cosas que hacer y no las tenemos organizadas en el tiempo, seguramente intentemos hacer las más que podamos en un día, lo que supone hacer un sobreesfuerzo que repercutirá en nosotros no solo generándonos estrés, sino con agotamiento físico y mental. Si distribuimos las tareas en diferentes días, las realizaremos desde la calma y no desde la falta de aliento, por lo que desaparecerá la sensación de desorden.
  4. Deja espacio para el descanso: Nuestro cuerpo necesita descansar. Es como el motor de un coche, que necesita gasolina para andar. Si gastas energía sin parar y no lo repones, llegará un día en el que no podrás seguir adelante. Cansancio y malestar.

Sólo tú decides que hacer con el tiempo que se te ha otorgado.Inviértelo y distribúyelo bien.

 

Tamara de la Rosa / Psicólogo Tenerife

tamaraconsulta@gmail.com

Twitter: @tamarareinventa

Facebook: @reinventatetamara

Instagram: @tamarareniventa

Si quieres leer más artículos de Tamara de la Rosa (psicóloga en Tenerife):, ¡haz click aquí!