Primavera

Cambio estacional, cambio emocional

Es cierto que «la primavera la sangre altera», pero no siempre en sentido positivo.La depresión primaveral, o astenia primaveral, es uno de los trastornos estacionales más frecuentes.La primavera es una época de cambios. Llega el final del invierno, cambio de horario, los días son más largos, más horas de luz, las plantas vuelven a recuperar sus hojas y flores, las temperaturas se hacen más cálidas, cambiamos nuestro atuendo dejando en el altillo los abrigos y sacando la ropa de entretiempo. Pero ¿Y qué ocurre con nuestro estado de ánimo? ¿De qué manera nos afectan estos cambios en nuestras sensaciones y emociones?

No todo el mundo vive la primavera de la misma manera. Mientras unas personas les supone una etapa vital y enérgica en la que el humor y optimismo se ven influenciados positivamente  y aprovechan estos cambios, (nuevo horario y condiciones climáticas), para potenciar sus relaciones y actividades sociales, otras tienen que hacer frente a una serie de desequilibrios emocionales provocados por el cambio de estación. Aparecen sensaciones de cansancio, tristeza sin motivo aparente, disminución del deseo sexual, irritabilidad, problemas a la hora de conciliar el sueño, dolor de cabeza, desmotivación, falta de apetito, falta de concentración, lo que dificulta el día a día sintiendo debilidad mental y física.

1- Lo primero que debes saber es que la “astenia primaveral” es una sensación, no una enfermedad. Tras el invierno, nuestro cuerpo debe adaptarse a las nuevas condiciones de luz, humedad y temperatura. Un proceso que suele tardar, de media, dos o tres semanas. Nuestro cuerpo necesita un periodo de adaptación a los nuevos horarios y al aumento de horas de luz solar y mientras no se produce, nos sentimos más cansados.En caso de que pasadas tres semanas continúen los síntomas, o que aparezcan antes del cambio estacional, es recomendable acudir a un especialista ya que, al ser transitoria, sí pueden afectar a personas que sufren estados depresivos o de ansiedad produciendo recaídas.

2- Adapta la alimentación al cambio de estación. Durante el invierno llevamos una dieta más hipercalórica para sobrellevar mejor las temperaturas frías. Ahora, los días son más largos y necesitamos más energía por lo que son aconsejables aquellos alimentos que nos la aportan, como son el plátano o los frutos secos.

3- Practica la actividad física. Ayudarás al organismo a liberar endorfinas por lo que disminuirá el estrés y aumentarán las sensaciones positivas. Aprovecha el buen tiempo para animarte a hacer deporte o cualquier actividad con la que disfrutes.

4- Al emplear más energía debemos aumentar las horas de descanso para que nuestro organismo se adapte cuanto antes a los cambios. Practicar técnicas de relajación, como la respiración diafragmática por la noche, sirve de ayuda a la hora de conciliar el sueño.

5- Manténhorarios fijos de descanso y comidaspara facilitar al organismo que recupere su ritmo habitual.

El aumento de luz natural da lugar a cambios químicos,segregando mayor cantidad de serotonina (sustancia estabilizadora del estado de ánimo), e inhibiendo melatonina (hormonas que controlan los ritmos del sueño). Por lo tanto, cuando hablamos de “astenia primaveral” no estamos hablando de un trastorno de estado de ánimo, sino de un periodo de readaptación de nuestro organismo que hasta que no se produce da lugar a sensaciones de decaimiento físico e intelectual de manera transitoria. Dale la bienvenida a la primavera y no te alarmes. Cuestión de tres semanas a lo sumo para que tu cuerpo se adapte.

 

 

Tamara de la Rosa / Psicóloga en Tenerife

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