depresión

Depresión y serotonina

¡Anímate!». Es lo que más se suele decir a una persona que está pasando por un episodio depresivo. Y ojalá fuera tan sencillo, pero no lo es. La depresión es un problema químico en el cerebro, no es cuestión de un mal rollo. Aunque para muchos esos consejos son palabras de aliento y la intención sea animar, puede dar lugar al efecto contrario y llegar a ser contraproducente, ya que la persona deprimida es la primera interesada en no sentirse como se siente. El que las personas de su entorno «pinten» salir de ese infierno como algo sencillo, y la persona deprimida se sienta incapaz de lograrlo, puede resultarle frustrante.

Lo cierto es que somos pura química. Los niveles bajos de serotonina se asocian a síntomas depresivos, ansiosos y agresivos y por ello el tratamiento es aumentar esos niveles, ya sea con medicación o con terapia. No hay que subestimar la importancia de la serotonina en relación a nuestro estado de ánimo. Un déficit de serotonina puede dar lugar a la alteración del sueño, del apetito, disfunción cognitiva e incluso pensamientos suicidas. La serotonina participa en el control de la actividad motora, cognitiva y perceptiva.

Hay medicamentos que mantienen los niveles adecuados de serotonina en el cerebro y se utilizan con éxito para tratar la depresión. La buena noticia es que podemos aumentar los niveles de serotonina de manera natural, sin necesidad de recurrir a medicamentos. Estas son algunas de las maneras más eficaces:

1. Haz un buen uso del pensamiento y dedícate palabras de aliento: los masajes relajantes proporcionan una sensación de placer ayudando a equilibrar los niveles de serotonina, sobre todo, después de situaciones de estrés o agotamiento físico o mental.

2. Practica deporte: el deporte hace aumentar de forma natural los niveles de serotonina y dopamina, pero sobre todo cuando lo pasamos bien. Busca el deporte que te hace sentir mejor y márcate rutina. Hacer ejercicio físico con regularidad eleva los niveles de serotonina en el cuerpo, por eso cuando terminamos de hacer ejercicio nos sentimos mucho mejor.

3. Tener un ciclo de sueño regular: la privación de sueño afecta al cerebro y a nuestra salud mental. Dormir bien y descansar son factores clave para sentirnos felices. El cuerpo humano necesita descansar entre siete y ocho horas diarias para recuperarse de factores externos que producen estrés y cansancio.

4. Tomar sol: tomar sol aumenta la vitamina D y equilibra el nivel de melatonina que actúa en la producción de serotonina y controla los ciclos del sueño. La falta de luz natural tiene una relación directa con la depresión y puede aumentar los síntomas de tristeza, mal humor, autoestima baja y falta de energía.

5. Aumenta la dosis de actividades que te hagan sentir bien. Esto influye en el aumento de serotonina y mejora nuestro estado de ánimo.

6. No olvides el omega 3 en tu alimentación: tu cerebro necesita grasas «buenas» para funcionar. El pescado azul, los huevos, aguacates, frutos secos y aceite de oliva ayudarán a engrasar tus neuronas con omega 3.

7. Respirar bien ayuda a regular las funciones de nuestro cuerpo y favorece la relajación. Entrena la respiración abdominal.

8. Practicar ejercicios de relajación, yoga o meditación facilita el equilibrio entre tu mente-cuerpo y un mayor control sobre tus pensamientos.

A veces pequeños cambios de hábitos aportan los mejores resultados.

 

 

Tamara de la Rosa / Psicóloga en Tenerife

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