Psicóloga en Santa Cruz

ME HE CAÍDO TANTAS VECES, QUE YA NO LO HAGO POR CUALQUIER COSA

Por Tamara de la Rosa, psicóloga en Santa Cruz de Tenerife.

 

Lo cierto es que cada uno de nosotros tenemos una historia. Una historia donde hay momentos maravillosamente inolvidables, momentos que marcaron un punto de inflexión en nuestras vidas, momentos de tristeza acompañados de un periodo de duelo, aprendizaje a base de palos de la vida, decepciones (sentimentales, de amistad, familiares), personas que estuvieron que ya no están, y otras que llevan toda la vida. ¿A qué no me equivoco? Y es que así es la vida.  Absolutamente todos tenemos una historia para escribir un libro y poder enseñar y ayudar a otros con nuestras experiencias.

 

Yo personalmente me he caído tantísimas veces que ya no lo hago por cualquier cosa ni por cualquier persona.¡Llevo toda la vida cayéndome! Han sido tantas caídas que incluso soy psicóloga por ello. Si, si… lo que lees. Sin darme cuenta, todos los errores que cometí desde la niñez hasta la adolescencia, los supe gestionar y direccionar hacia lo que ahora es una de mis grandes pasiones, la psicología.

 

Reconozco que desde edades muy tempranas fui una niña bastante complicada de llevar. Tanto fue así, que mis padres decidieron no tener más hijos por la posibilidad que saliera otro como yo. La verdad que suena muy fuerte (ja ja ja …), pero es la realidad. Pasé por 3 colegios en los cuales no paraba de meterme en líos. Llamadas continuas a mis padres, expulsiones de clases, decía que iba pero me iba al parque, asignaturas suspendidas y encima eligiendo amistades que no eran para mí. No porque fueran malas, sino porque no coincidíamos en los valores y principios que mis padres trataban de inculcarme.

 

Me etiquetaron como la típica niña que nadie quería en sus clases. Muchos padres no querían que fuera con sus hijas y lo entiendo, era diferente, muy rebelde, no me callaba ni una y no era un modelo a seguir. Todo esto a su vez deterioraba mas mi autoestima. Nadie daba un duro por mí. Solo MI FAMILIA, que no paró ni un instante de repetirme, día tras día, lo que valía como persona y lo grande que era. Recuerdo a mi padre como en casi todas sus charlas, en el salón de la casa donde vivíamos, me decía que todo ese supuesto “mal carácter”, genio, tozudez e impulsividad que me caracterizaba, en realidad eran mis mejores virtudes, pero aprendiendo a gestionarla, porque detrás de todo esa fachada, había una niña llena de inquietudes, justa, que no le gustaban los abusos y sobre todo, muy empática. Me hacía mirarme al espejo y repetirme que valía mucho. Hoy en día, cada vez que hago la «técnica del espejo» con algunos de mis paciente (ya que es una técnica psicológica), me vienen a la cabeza esos recuerdos que me encantan.

 

A mis pobres padres les salieron las canas antes de tiempo por culpa de los disgustos que les daba. Pero jamás tiraron la toalla. Tanto fue así, que desde los 7 años acudí a diferentes psicólogos. Cuando no era para aprender técnicas de estudio, era para gestionar mi impulsividad, para mejorar la relación con mis padres, para motivarme, y claro… tanto tiempo yendo a psicólogos que lógicamente me enamoré de la profesión cuando fui consciente sobre todo, del poder de la mente para jugar con las emociones. Que gran importancia tiene la salud mental en absolutamente todo, te pase lo que te pase. Hasta para pasar los malos momentos la fortaleza mental es imprescindible. No para no sufrir y no pasarlo mal, sino para sobrellevarlo de manera más saludable. Para el deporte, para confiar en nosotros mismos, para nuestro día a día, para la vida en sí. ¿Cuántas veces nos hemos venido abajo por nimiedades? ¿Cuántas veces hemos hecho un mundo de un grano de arena? Infinitas…

 

Pues gracias a tanto psicólogo y sobre todo, a la constancia de unos padres maravillosos que nunca tiraron la toalla y que sin darse cuenta, me emborracharon de unos principios y valores de los que me siento plenamente orgullosa, logré salir de esa espiral negativa, romper el muro que yo sola me había creado y empezar a confiar en mí. Me marqué como objetivo sacar mi mejor versión e invertir toda mi energía en lo que me hiciera feliz. Pero a los a los pocos años, cuando estaba en COU, fui víctima de un Trastorno de Alimentación, La Anorexia. Otro palo para mi, ya que fue acompañado de mucha ansiedad y un cuadro depresivo, y un grandísimo palo para mis padres que, después de tantos años, ya habían empezado a respirar. Vuelta al psicólogo. Me costó bastante superarlo pero una vez más, con la ayuda de un profesional y mi familia lo logré. ¿Ahora entienden porque decidí estudiar psicología? Ja ja ja… La verdad que es un consejo que suelo darle a los más jóvenes, «busca tu pasión y busca la manera de dedicarte a ello». Trabajar en lo que gusta, es más que gratificante. No porque los Lunes los vayas a ver como Viernes, ¡¡eso es absurdo!!, yo amo lo que hago y los Viernes estoy saltando sobre una pierna por la llegada del fin de semana, sino porque ya que vamos a dedicarle tantos años y horas de nuestra vida a esa parte laboral, nos será mucho más sencillo si nos gusta lo que hacemos.

 

En fin, me he caído mil veces más. Fracasos sentimentales, decepciones de amistad, jugadas que me han hecho en lo laboral, pero han sido batallas que poco a poco he ido venciendo y con bastante menos sudor que años atrás. Ya por fín tengo las herramientas para levantarme después de cada caida, para gestionar emociones como la ansiedad y la tristeza. Herramientas para mejorar mi autoestima cuando vea que corre peligro, herramientas para gestionar el miedo e impedir que me paralice a la hora de luchar por mis sueños. El mágico mundo de la mente…

 

Sé que me caeré millones de veces más, pero no por otra cosa, sino porque es cuestión de vivir. Me niego a sobrevivir porque merezco VIVIR BIEN,  y esto conlleva asumir determinados riesgos que te pueden salir bien y otros que te pueden salir mal, pero merecerá la pena. Lo que he aprendido con cada caída es que cada vez me dan menos miedo. He asumido que a lo largo de la vida me voy a caer millones de veces y me romperé los dientes, pero unas veces más rápido, y otras más lento, SIEMPRE ME LEVANTARÉ y… ¿sabes lo que es necesario para poder hacerlo?, siempre tener en mente uno o varios MOTIVOS.

 

Así que si eres de los que piensan que has tenido mala suerte en la vida, piensa que detrás de cada persona hay una historia. Todos hemos sufrido y todos hemos sido felices, pero ni siempre hemos estado sufriendo, ni siempre hemos sido felices. Mira hacia atrás solo para recordar de dónde has venido pero sin angustia, porque lo que realmente importa es lo que viene a partir de ahora. Hoy mismo estás creando tu futuro así que pico y pala y a ir creando una buena base.

 

Tamara de la Rosa / Psicóloga en Santa Cruz de Tenerife

 

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