¿Por qué «contacto cero» tras una ruptura?

Tras una ruptura sentimental, lo habitual es que ambos miembros de la pareja, o por lo menos uno de ellos, pase por una mala racha. Una ruptura supone un cambio, una despedida y, no solo una despedida de quien hasta ese momento era nuestra pareja, sino de su familia, de unos hábitos, costumbres y sobre todo, de unas ilusiones que se esfuman. Un castillo lleno de planes e ilusiones por alcanzar que de repente se desploma.

Tras una ruptura TODOS vivimos un duelo. Un proceso natural del ser humano donde el dolor forma parte de éste, pero el tiempo y la intensidad de las emociones incómodas que repito, forman parte del proceso, la determina la actitud (tanto a nivel mental como conductual) que tomes ante esta situación.

El primer paso para superar el desamor es lo que los psicólogos llamamos “CONTROL DE ESTÍMULOS”  y contacto cero con tu ex.

Con control de estímulos me refiero a quitar todo lo que te recuerda a esa persona. Fotos, conversaciones de whatsapp, mail, fotos en el móvil, no escuchar canciones que te recuerden a esa persona etcétera. No se trata que tires los recuerdos si no quieres, pero por el momento guárdalos en una caja y no los tengas a tu alcance. Y con “contacto cero” me refiero a ningún contacto ni por whatsapp ni en persona. Nada de autoengaños de para saber cómo está ni nada de eso.

En un principio es necesario llevar a cabo estas dos pautas (control de estímulos y contacto cero) y les explico por qué:

Vamos a imaginar que una ruptura es como hacernos una herida. Cualquier herida duele. Pero para que la herida cicatrice hemos de curarla con desinfectante y dejarla de tocar. Si todos los días metemos los dedos en la herida, ésta no solo no cicatrizará, sino que además se infectará. Cuando una relación se rompe y mantenemos el contacto, o seguimos leyendo sus whatsapp y viendo se manera repetida las fotos en dónde éramos felices, estaremos reviviendo el dolor una y otra vez y esto ya no sería dolor. Sería sufrimiento. Por eso se dice que el dolor forma parte de la vida (hacerte la herida y el dolor que conlleva) pero el sufrimiento es opcional (cómo tú gestiones lo que te ha sucedido).

Es cierto que a las parejas que tienen hijos les es más complicado. Aun así en un principio se puede siempre reducir el roce lo máximo posible hasta que las emociones se hayan calmado.

No nos engañemos con la mítica frase de “vamos a ser amigos”. Quizás a quien se le haya acabado el amor le es sencillo, pero él miembro de la pareja que sigue enamorado, necesita un tiempo para aceptar la situación. Para asimilar que su vida ha cambiado. No olvidemos que somos humanos. Si estamos enamorados y mantenemos el contacto, siempre mantendremos abierta la puerta de la esperanza que nos impedirá aceptar que se acabó y seguir hacia adelante.

La mente muchas veces pone resistencia al cambio. Se opone a la idea de que se la relación acabó. Se niega a tirar a la basura todos esos planes y esa vida que había imaginado. Por eso tenemos que tomarnos un tiempo para poder racionalizar, poner distancia emocional y hacer lo que nos conviene y no lo que nos apetece. Aceptar que ya no te quieren, requiere un tiempo. Si no te lo das, el dolor se va a alargar.

El desamor duele, pero no mata. Mereces se correspondido y recibir todo lo que estás dispuesto a dar. Mejor pasarlo mal un tiempo que toda una vida. Si te dice que te quiere, pero que no siente estar enamorad@, no te enojes y dale las gracias. Al fin y al cabo te está dando la oportunidad de ser feliz y volver a rehacer tu vida solo o junto a alguien con quien compartas sentimientos.

 

Tamara de la Rosa / Psicóloga en Tenerife

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