frustracion

¿Toleras la frustración?

La tolerancia te ayuda a ser resistente y te prepara para ser competitivo en una sociedad en la que todo el mundo busca lo fácil y además, de ya para ya. Un trabajo, una contestación a un mail, una mejora deportiva, un cambio de físico, un cambio conductual, cognitivo, encontrar la pareja ideal, y es que si no lo conseguimos de manera casi inmediata, nos frustramos. Sentimos un bombardeo de emociones incómodas como la rabia, la ira, ansiedad, decepción, impotencia.

 

Lo cierto es que todos tenemos un nivel de frustración y mientras algunas personas, frente a no conseguir lo que desean, sienten que han fracasado y que ningún esfuerzo ha merecido la pena, existen otras muchas con capacidad de sobreponerse y que, en el menor tiempo posible, estudian y buscan la manera de volver a intentarlo recomponiéndose de lo sucedido más rápidamente.

 

Es una realidad que haber merecido ganar y no haberlo logrado es frustrante para todos, pero el no saber tolerar o gestionar estas emociones, trae consigo consecuencias que pueden ser demoledoras como abandonar un objetivo, bajar el rendimiento, pérdida de confianza, pérdida de ilusiones, autoestima mermada. En fin, el abandono.

 

Cuando hablamos de frustración nos referimos a la emoción que surge cuando trabajamos duro y con ilusión por alcanzar un propósito y no lo conseguimos. La clave para gestionar esta emoción está en la interpretación que le da cada persona a lo que le sucede. Debemos aprender a aceptar y discernir entre lo ideal y lo real.Lo ideal sería que todo lo que nos propusiéramos nos saliera bien y a la primera, pero la realidad es que no siempre, aún trabajando duro por conseguirlo e invirtiendo tiempo, esfuerzo y mucho sacrificio, las cosas salen como teníamos pensado incluso, como merecíamos. Por lo tanto, cada vez que nos frustramos por algún motivo, están interviniendo dos factores, una situación real y una interpretación emocional por parte del protagonista. Es en esta interpretación donde debemos trabajar.

 

  1. ¿Realmente tienes un motivo para generarte emociones tan incómodas? La frustración es una emoción que, como todas, es necesaria para la supervivencia. Pero a veces debemos reflexionar si nos estamos exponiendo a esta emoción de manera gratuita. Que se frustre un jugador, un opositor, un trabajador porque su juego, examen o trabajo, no saliera como esperaban, es relativamente normal después de haber entrenado, estudiado o involucrado con esmero y empeño. Pero que se frustre y sienta por ello unas emociones incómodas una persona ajena a ese esfuerzo porque su equipo no sea ganador, su novia no apruebe un examen, o su hija no consiga su objetivo, es “elegir” sentirse mal. Relativiza.¿Realmente es un motivo para frustrarte? Nadie espera que lo celebres pero, por higiene mental, gestiona tus emociones y dale importancia a lo que realmente lo tiene.
  2. Acepta la frustración como parte de la vida.Entenderla como tal te ayudará a normalizar como te sientes. En ese momento es importantísimo el uso que hagas de tu diálogo interno. Dejarte llevar por la emoción es lo más sencillo pero no lo más recomendable. No te castigues verbalmente y dedícate palabras de aliento. Como si con quien estuvieras hablando fuera una buena amistad o un hijo. Date permiso para no estar siempre al 100 por 100, para cometer errores o simplemente, para no haberlo hecho tan bien cómo el rival. No eres invencible ni insuperable. Acéptalo. No hay nada malo en ello.
  3. Objetivos de rendimiento no de logro. La frustración es mas intensa cuando la descripción de tu objetivo está orientada más a un resultado que al esfuerzo y trabajo personal a nivel rendimiento. No todas nuestros objetivos dependen únicamente de nosotros por lo tanto, mas que en el resultado, debes orientarte y centrarte en lo que puedes aportar tú para alcanzar ese resultado. En las estrategias, técnicas y habilidades que debes entrenar para alcanzar un buen rendimiento y concentración, y así aumentar la probabilidad de éxito en el partido, en el examen, en el trabajo, en tu relación y en cualquier ámbito de tu vida. De esta manera, cuando no consigues que las cosas sucedan como tú quieres, por lo menos estarás satisfecho con tu trabajo y el nivel de frustración será mas leve.
  4. Expresa tus emociones. El dolor hay que expresarlo y sacarlo de dentro, si no nos acompañará toda la vida. Pero siempre teniendo en cuenta todo lo mencionado con anterioridad. Un pensamiento desproporcionado da lugar a emociones también desproporcionadas. Elige lo que quieres sentir.El dolor forma parte de la vida. Revivirlo una y otra vez es una elección así que, desahógate desde la normalidad, y desactiva el “modo centrifugadora”. Deja de rumiar y darle vueltas a una situación que no vas a poder cambiar. Ahorra toda esa energía en pensar lo que puedes hacer para mejorar o, simplemente, en animarte para la siguiente oportunidad.

Si tienes un problema que no puedes resolver, dale otra orientación. Es cierto que siempre existen problemas pero también soluciones. Aceptar lo que no depende de nosotros y continuar hacia adelante a pesar del dolor, también es una solución.

 

Tamara de la Rosa / Psicóloga Canarias: Tenerife

tamaraconsulta@gmail.com

Twitter: @tamarareinventa

Facebook: @reinventatetamara

Instagram: @tamarareniventa

Si quieres leer más artículos de Tamara de la Rosa (psicóloga en Tenerife):, ¡haz click aquí!